A neve silenciosa desce
branca e sem peso
-Miguel de Unamuno
Asano Takeji foi um xilógrafo japonês do século XX que trabalhou segundo as escolas shin hanga (novas gravuras) e sōsaku hanga (gravuras criativas) de gravura em bloco de madeira. A primeira é um esforço de colaboração entre um artista, um entalhador, um gravador e um editor. Na segunda, o artista faz todo o processo.
Neve no Templo de Ginkakuji, por Asano Takeji, gravura em madeira, (26 x 36 cm); para ver a imagem em grande: aqui.
La nevada es silenciosa...
La nevada es silenciosa,
cosa lenta;
poco a poco y con blandura
reposa sobre la tierra
y cobija a la llanura.
Posa la nieve callada,
blanca y leve
la nevada no hace ruido;
cae como cae el olvido,
copo a copo.
Abriga blanda a los campos
cuando el hielo los hostiga,
con sus campos de blancura;
cubre a todo con su capa,
pura, silenciosa,
no se le escapa en el suelo
cosa alguna.
Donde cae allí se queda,
leda y leve,
pues la nieve no resbala
como resbala la lluvia,
sino queda y cala.
Flores del cielo los copos,
blancos lirios de las nubes,
que en el suelo se ajan,
bajan floridos,
pero quedan pronto
derretidos;
florecen sólo en la cumbre,
sobre las montañas,
pesadumbre de la tierra,
y en sus entrañas perecen.
Nieve, blanda nieve,
la que cae tan leve,
sobre la cabeza,
sobre el corazón,
ven y abriga mi tristeza
la que descansa en razón.
-Miguel de Unamuno
La nevada es silenciosa,
cosa lenta;
poco a poco y con blandura
reposa sobre la tierra
y cobija a la llanura.
Posa la nieve callada,
blanca y leve
la nevada no hace ruido;
cae como cae el olvido,
copo a copo.
Abriga blanda a los campos
cuando el hielo los hostiga,
con sus campos de blancura;
cubre a todo con su capa,
pura, silenciosa,
no se le escapa en el suelo
cosa alguna.
Donde cae allí se queda,
leda y leve,
pues la nieve no resbala
como resbala la lluvia,
sino queda y cala.
Flores del cielo los copos,
blancos lirios de las nubes,
que en el suelo se ajan,
bajan floridos,
pero quedan pronto
derretidos;
florecen sólo en la cumbre,
sobre las montañas,
pesadumbre de la tierra,
y en sus entrañas perecen.
Nieve, blanda nieve,
la que cae tan leve,
sobre la cabeza,
sobre el corazón,
ven y abriga mi tristeza
la que descansa en razón.
-Miguel de Unamuno
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